viernes, 3 de abril de 2015

Quién diría?

Infinidades de veces nos encontramos haciendo cosas que jamás pensamos que podríamos hacer, cosas para las que no considerábamos tener talento o solo ni considerábamos. A estas solemos llegar sin intensión alguna, algo de un momento a otro dispara el proceso de una cosa a otra llevándonos a un hobby o actividad que a veces nos sorprende teniendo talento en en ello.

Es algo que nace de donde o donde menos lo esperábamos.

Escribir fue algo que ni remotamente llegué a considerar, lo mio era y es el dibujo. Durante mi infancia el fenómeno de perder los lápices de colores fue nulo, siempre los acababa en personajes y mundos. Hasta un día que llegó un detonante, de tantos libros leídos uno me atrapó tanto que al no tener capítulos nuevos comencé a escribir sobre él.

El mundo que cada cual encierra en su cabeza es infinito, tanto como la capacidad de descubrimiento del ser humano. Siempre somos capaces de un poco más y así siempre resurgimos en cualquier terreno, todo esto suena un poco a tema de poesía y si, por ahí voy. Creo particularmente que es una forma de expresión muy transparente porque uno se vacía un poco en ella, imaginen su sorpresa cuando solo han escrito en tareas y se topen de puño y letra propios un poema.


Escribir poesía no fue algo tan fuerte hasta que alguien me hizo muy fuerte, lo suficiente para quererle en la distancia y el anonimato.

No importó que mi boca no pudiera decirle todo, no importó que no entendiera el trasfondo de mis poemas, solo bastaba con escribirle los besos y las sonrisas que quería tatuarle.

Así comencé un viaje sin retorno descubriendo cosas de mi que hasta ahora no conocía, comencé un nuevo poemario en donde esta persona me hizo interprete de lo que inspiraba.

Escribir poesía es una satisfacción que no termina nunca, es un nacer y morir constante que nos envicia. Es excitante. Revelador. Liberador. Sublime.

Nunca se asusten de hasta donde los puede llevar escribir un poema, es una extensión de nosotros, de lo que decimos y lo que callamos, es lo que muy dentro de nosotros nos da forma.


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